En mis veinte años de experiencia como educadora me di cuenta de la dificultad que le daba a los niños gestionar las emociones cuando estás llegaban llenándolos de frustración .
Hoy sabemos que para lograr un desarrollo integral en los niños no sólo es importante el tema educativo sino también brindarle especial atención a su desarrollo social y emocional para que logre ser un adulto feliz, responsable, equilibrado y que tenga éxito en su vida a nivel personal, social y profesional.
Cuando ellos logran identificar sus emociones, ponerles un nombre, detectarlas en su cuerpo y controlarlas, desarrollarán una mentalidad más fuerte y mejores resultados de liderazgo.
La buena noticia es que ese reconocimiento de emociones se puede lograr si nos lo proponemos y si se trabaja para lograrlo.
Como adultos podemos acompañarlos y ayudarlos a lograr este objetivo poniendo en práctica todas las herramientas que se les dan en cada encuentro .
Todo requiere de compromiso y esfuerzo y cuando va acompañado de una buena dosis de amor, se garantizan buenos resultados.
Luz Marina Frangos